viernes, 11 de octubre de 2013

Vivir sin dudar... ¿Cómo es posible?

¿Cómo es posible aceptar toda la información que recibimos sin dudar sobre su veracidad? Y cuando digo toda es TODA. Ya no sólo la que nos llega a través de la prensa… o de publicaciones en Facebook, Twitter… WhatsApps, e-mails… o blogs, foros… o de lo que diga tu padre, tu profesor, tu jefe… Hablo hasta de libros (de texto, religiosos… ruidos de toses...), publicaciones científicas, etcétera.

Bajo una mirada crítica, todo ha de poder ser puesto en duda. No quiero decir que todo pueda ser falso, sino que, todo ha de ser corroborado para no convertirnos en meros receptores de información (o, mejor dicho, de desinformación). Nos hemos convertido en una sociedad donde todo ha de ser consumido rápidamente, sin dar tiempo a reflexionar sobre qué estamos digiriendo… Así como queremos dar la primicia sobre lo que hemos ingerido de manera abrupta y se nos han puesto todas las facilidades para ello a través, sobre todo, de redes sociales y, en general, la web 2.0, con la omnipresente opción de “compartir”. El hambre con las ganas de comer. Juntan nuestro deseo de compartir con la facilidad técnica que existe para ello. Pero, sin un ejercicio crítico, no podemos saber si lo que estamos compartiendo es real o no. La mayoría no aguantan una mínima búsqueda en Google, y aun así, es demasiado esfuerzo para muchos… y la tentación está ahí. Gatillo fácil. Compartimos sin pararnos a pensar el daño que puede provocar en caso de que, las palabras que unos cuantos (h”%·$ ¡· #*!@) han entretejido, sean tendenciosas o simplemente quieran causar daño, aprovechándose de nuestras ganas de ayudar al prójimo/contactos/amigos, de nuestra incontinencia dactilar… En definitiva, DE NOSOTROS.

En nuestras manos (guiño) y en nuestra capacidad de raciocinio está el impedir el crecimiento de estas bolas de nieve… (o bolas de mierd*... o bulos de mierd*…). Critica, critica y critica. Si lo hacemos de forma constructiva, es beneficiosa (sobre todo para nuestra salud mental). Eso sí, siempre va a requerir un esfuerzo mayor que no hacer nada y tragar... Haciendo un símil: 

Si no analizas lo que comes, puedes estar tragando mierd*… y compartiéndola con tus seres queridos con una sonrisa de satisfacción.

Mi recomendación está en que, antes de darle a “compartir”, realicéis una búsqueda en Google (o en vuestro buscador favorito). Leed más información sobre el tema antes de compartirlo. Para comprobar si un bulo es falso o no, normalmente basta con hacer un “copy&paste” de una frase al azar del texto en cuestión y buscarla.

Supongo que a estas alturas ya se sobrentiende razón de estas líneas… Estoy hasta las narices de que la gente reenvíe cadenitas vía e-mails, WhatsApps, Facebook, Twitter, etc. Cada vez que recibo algo así, pienso en toda esta parrafada que he escrito antes… ¿CÓMO ES POSIBLE QUE NO TENGÁIS DUDAS SOBRE SI LO QUE ESTÁIS COMPARTIENDO ES VERDAD O NO? Así va el mundo… Desde los partidos políticos, la programación televisiva, prensa escrita… Nos la meten doblada por todos lados y, aun así, repetimos como loros lo que nos han dicho... Vomitivo.

Hace bastantes años leí una frase sobre Internet que me encantó... Decía algo así como:  
“Internet es un gran pozo de sabiduría, no lo conviertas en la cloaca de la maldad.”
(Si alguien me puede decir quién la dijo o la frase exacta… Se lo agradecería).

Internet te facilita el acceso al veneno… pero también, al antídoto (y millones de cosas más). Internet te hace llegar esos bulos, pero Internet también te proporciona lo necesario para desacreditarlos. Las herramientas para una cosa u otra están en tus manos... Depende de ti realizar un buen uso de él.

No hay comentarios: